La liposucción, la técnica que sigue en auge año tras año

Liposucción, lipoplastia, lipoescultura, lipoaspiración, lipolisis, lipoexeresis, microliposucción, macroliposucción, megaliposucción… A lo largo de los años hemos conocido diversas formas de referirnos a la misma técnica quirúrgica mediante la que se consigue remodelar la silueta del paciente gracias a la aspiración de grasa indeseada a través de cánulas. Y es que, el éxito rotundo e incuestionable de esta técnica reside en que se trata de una intervención relativamente sencilla, con mínima cicatriz y post operatorios sin complicaciones, capaz de aportar resultados espectaculares y permanentes, porque la grasa extraída no volverá a aparecer. Aunque la introducción del concepto »eliminación de grasa del contorno» se sitúa en los años 20, no fue hasta mediados de los 70 cuando pudo llevarse a cabo una intervención de eliminación de grasa con éxito, y para ello se usó una técnica similar a la que conocemos en la actualidad. Durante los años 80 la liposucción se popularizó enormemente y el intercambio de conocimiento de los cirujanos plásticos sirvió para perfeccionarla y aprender de los errores cometidos. Durante los años 2000 se supo que esta técnica de remodelado podía realizarse sobre cualquier zona del cuerpo: papada, rodillas, abdomen, brazos, pubis, etc. A lo largo de los años hemos conocido diversas formas de referirnos a la misma técnica quirúrgica mediante la que se consigue remodelar la silueta del paciente En este sentido, actualmente la tendencia se enfoca en perfeccionar el uso del material sobrante: la grasa, siendo cada vez más frecuente proponer al paciente una redistribución de su grasa. Así, durante la misma intervención, después de retirar la grasa indeseada, se procede a su licuado y limpieza para poder volver a inyectarla en zonas como por ejemplo el rostro, para rellenar surcos o bien, en pechos o glúteos. Asimismo, también se trabaja la liposucción en combinación con otras técnicas que contribuyen a facilitar su posterior aspiración. Por ejemplo, la Vibroliposucción, una variante que incorpora vibración a las cánulas, o el LipoLáser, que se sirve del láser para generar la lipólisis (conversión de los lípidos en ácidos grasos). Por otra parte, si bien la liposucción es una técnica quirúrgica que lleva practicándose muchos años y en la que se aprecia una evolución importante en cuanto al instrumental usado, el protocolo, sin embargo, sigue siendo el mismo y, por lo tanto, lo que distingue una intervención exitosa del resto, es la experiencia del cirujano. Ese ‘saber hacer’ se manifiesta tanto dentro como fuera del quirófano, porque es imprescindible entender al paciente para lograr satisfacer sus expectativas. De todo lo aprendido al respecto, los 3 pilares sobre los que se construirá una liposucción de éxito son: asegurarse de que el paciente tenga una piel con una óptima retracción, capaz de ajustarse al nuevo volumen post liposucción; lograr en quirófano una superficie uniforme de la nueva silueta; y promover un cambio de hábitos en el paciente: dieta y ejercicio físico En cuanto a lo que está por venir, el futuro de las liposucciones se sitúa en el uso de células madre y de factores de crecimiento de la grasa para la regeneración de tejidos.

Escrito por:
Valentina Gomez

Valentina Gomez

Instrumentadora de cirugía plástica

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